Teresa Rodríguez advierte a un diputado de Cs: «No nos gusta ni un pelito que imiten nuestro acento»
Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía, ha acusado este martes a Juan Ignacio López-Bas, diputado de Ciudadanos (Cs) en Alicante, de tener «andaluzofobia en la solapa» por decir, en un comentario en redes sociales, «compromizo, mi arma». A la también líder de Anticapitalistas no le ha hecho ninguna gracia y así se lo ha advertido: «No nos gusta ni un pelito que imiten nuestro acento».
«Holi Juan Ignacio López-Bas Valero, diputado de derechas de Alicante. Que Compromis nos ceda trámite para enmiendas andaluzas a los PGE es un gesto hermoso que los centralistas nunca entenderéis. Entiende esto: no nos gusta ni un pelito que imiten nuestro acento. Tienes andaluzofobia en la solapa».
Holi @JILopezBas, diputado de derechas de Alicante. Que Compromis nos ceda trámite para enmiendas andaluzas a los PGE es un gesto hermoso que los centralistas nunca entenderéis
Entiende esto: no nos gusta ni un pelito que imiten nuestro acento. Tienes andaluzofobia en la solapa pic.twitter.com/OZ37lW63Wc
— Teresa Rodríguez – Adelante Andalucía ۞ (@TeresaRodr_) November 8, 2022
Y es que Teresa Rodríguez no suele pasar ni una en este sentido, criticando siempre a través de sus redes sociales cualquier tipo de actitud que, bajo su punto de vista, podría resultar ofensivo para los andaluces.
Sin ir más lejos, la líder de Adelante Andalucía cargó en junio de este año contra Madrid, el centralismo y la escasa repercusión de Andalucía más allá del sur de España, críticas que salpicaron también al presentador de El Hormiguero, Pablo Motos, por sugerir a sus invitados y colaboradores que «hablen bien el castellano».
En un extenso comunicado difundido a través de sus redes sociales, Teresa Rodríguez exponía sus razones en defensa del andalucismo y en contra de las políticas que emanan desde la capital y que, a su juicio, no son más que un timo: «El juego de trileros era una estafa callejera habitual antaño que consistía en mover una bolita debajo de un cubilete que se mezclaba con habilidad con otros dos cubiletes vacíos hacia la izquierda, la derecha y el centro. La estafa consistía en fingir, con una persona que hacía de gancho, que el juego era fácil para invitarte a apostar y, cuando te tocara el turno, hacer de la victoria algo imposible».